Por Sara López Ibáñez
Hoy en día, los ecosistemas marinos están sometidos a una gran presión ejercida por el ser humano a nivel global. Algunas de las causas que están provocando la degradación e incluso desaparición de estos hábitats son actividades como la sobrepesca, la ocupación del litoral, las emisiones de aguas residuales, o la generación desmesurada de residuos sólidos que van a parar al mar (el 80% procedentes de tierra).
Estos residuos están compuestos entre un 60 y un 80% de materiales plásticos, los cuales generan un gran impacto debido tanto a su abundancia como a su persistencia en el medio y a su composición química, esta última alterada por aditivos, en ocasiones tóxicos, que se usan con el fin de modificar las propiedades de los productos (colorantes, plastificantes, estabilizantes, etc.). Por otra parte, un problema adicional que generan, y cuyo conocimiento está en auge, es la producción de micropartículas (microplásticos) a causa de las condiciones ambientales a las que se exponen una vez en el medio natural (radiación UV, temperatura, hidrodinamismo, etc.), y que transforman ese material en uno más frágil y vulnerable a la fragmentación, creando partículas de reducido tamaño (≤5 mm). No obstante, estos microplásticos también se comercializan como tal y forman parte de productos de uso diario como son ciertos cosméticos o detergentes, entre otros.
La recopilación de información sobre este tipo de materiales y el análisis del papel que ocupan en nuestra vida cotidiana hacen posible la sensibilización de la población sobre los problemas que generan en el medio ambiente, así como la reducción de su impacto en la medida de lo posible. En consecuencia, surgen proyectos en el ámbito científico-tecnológico orientados a esa finalidad. Este es el caso de RepescaPlas: “Valorización material de residuos plásticos recuperados del mar: caracterización, aplicaciones y desarrollo del producto”. Este proyecto en el que participa el grupo de investigación ECOTOX de la Universidad de Vigo, se está desarrollando gracias a la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, y forma parte del Programa Pleamar. Su coordinación recae en AIMPLAS (Instituto Tecnológico del Plástico de Valencia) y colaboran la Fundación Global Nature, la Asociación Vertidos Cero, la Cofradía de Pescadores de Gandía y la Universidad de Vigo.
Su principal objetivo es profundizar en el conocimiento sobre las basuras marinas y reducir su impacto, de forma que, tras recuperar los residuos plásticos del mar, se pretende lograr su reincorporación a la cadena de producción, teniendo así un nuevo hueco en el mercado y consiguiendo una valorización de ese material que favorece la economía circular. Este procedimiento abarca diferentes fases: recogida y caracterización (por tipología, naturaleza y ecotoxicidad), valorización y difusión de los resultados.
Para la recogida se cuenta con patrones de pesca, previamente formados, de los puertos de Gandía (Valencia), Marín y Vigo (Pontevedra), que recogen de forma indirecta, a través de las artes de pesca de arrastre, los residuos que se encuentran en su trayecto. Asimismo, están implicadas las autoridades portuarias y es especialmente importante la participación de los gestores de residuos en ambos puertos.
Esta basura marina recuperada se almacena y se caracteriza según su tipología en el propio puerto, siguiendo las pautas de la plataforma Marnoba (disponible en app para dispositivos móviles), desarrollada por la Asociación Vertidos Cero, en la que los datos recogidos se suman a los del programa de seguimiento de basuras marinas del MAPAMA. Se selecciona entonces una fracción proporcional de plástico con la que se va a trabajar posteriormente tanto para analizar su composición y posibilidades de valorización (AIMPLAS) como sus efectos ecotoxicológicos (grupo ECOTOX, Universidad de Vigo). Esta última tarea se realiza con el material micronizado, simulando la generación natural en el medio ambiente de microplásticos, los cuales se pretenden testar con organismos de varios niveles de la cadena trófica, desde microalgas hasta equinodermos, como el erizo de mar.
La cantidad esperada de 300 kg de basura marina recogida ya ha sido superada a fecha de hoy, destacando las bolsas y botellas de plástico, embalajes industriales, cabos, cuerdas y nasas como elementos más abundantes, de los que a lo largo de los próximos meses se tendrán resultados de su toxicidad y posible valorización.
Con este tipo de proyectos se consigue llegar a los ciudadanos, que, como consumidores activos y causantes de estos problemas ambientales, debemos ser conscientes de la amenaza que suponen y la importancia de inclinarse por un modo de consumo sostenible.
Más información: http://www.programapleamar.es
© 1995 - 2024 Equipo de investigación ECOTOX.